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Seguridad hídrica y tecnología: el desafío de Idrica

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  • Seguridad hídrica y tecnología: desafío Idrica

La pandemia de la COVID-19 que la OMS decretó hace poco más de cien días va a hacer del mundo un espacio mucho más inestable. Los especialistas llevan años anunciando que los conflictos en materia de agua –de Río Grande a Etiopía– eran cuestión de tiempo.

La actual crisis, que pasará a los libros de Historia, ha suscitado una preocupación creciente en relación a la seguridad hídrica. Y no es una crisis menor.

Desde que se decretó el Estado de Alarma, en Idrica hemos puesto el foco en entender los problemas derivados de circunstancias de inseguridad hídrica, y buscar cómo aplicar soluciones tecnológicas para resolverlos.

En distintas zonas del planeta, la situación se caracteriza por el fraccionamiento del sector del agua, y la escasa comunicación entre universidades, agencias gubernamentales, institutos especializados, organizaciones civiles y la participación privada, comprometiendo de esta forma la eficiencia en la gestión del agua. En este contexto, la tecnología puede ser un aliado clave, ya que ofrece transparencia a todas las instituciones sobre cómo se comportan las infraestructuras, qué trabajo ejecutan las personas o cómo reaccionan los clientes.

Gracias a la tecnología –y en Idrica nos dedicamos a crearla y democratizarla– los actores clave, los políticos, pueden explicar las medidas que llevan a cabo, y los ciudadanos pueden controlar los trabajos que se realizan sobre la infraestructura, monitorizando su gestión y la calidad del agua.

Además, las innovaciones tecnológicas permiten hacer un uso más responsable del agua, gracias a la monitorización de los consumos individuales y los avisos por fugas interiores que de otra forma pasarían desapercibidas.

Desde que se decretó el Estado de Alarma, en Idrica hemos puesto el foco en entender los problemas derivados de la inseguridad hídrica

Ahora más que nunca, la gestión remota de infraestructuras, el control de los consumos individuales y los patrones de comportamiento, la proximidad con los clientes o la deslocalización del trabajo de los operarios se han convertido en herramientas clave para garantizar los derechos humanos al agua y el saneamiento.

Lo dijimos en los Water Security Days que organizamos con la presencia de expertos internacionales como la académica mexicana Judith Domínguez y el reconocido autor David Kilcullen.

Es fundamental que las instituciones públicas se apoyen en empresas privadas. Estas disponen de la tecnología y de las mejores prácticas para salir reforzados de un escenario como el actual.

Invertir en infraestructura nueva es siempre más costoso que transformarla mediante la tecnología. Si queremos impulsar la eficiencia en el suministro, distribución y uso del agua, tenemos que ser consistentes en su utilización.

A lo largo de nuestra experiencia, hemos visto grandes mejoras derivadas de la implementación de unos sistemas adecuados de facturación y de gestión de clientes, de búsqueda de fugas, de monitorización y de toma de decisiones en infraestructuras Smart SCADA.

Creo que es clave contar con un sistema avanzado de gestión de operarios en campo, del parque de contadores (smart metering), o tecnologías de simulación de las operaciones (digital twin). Solo así podremos anticiparnos a posibles problemas, simulando escenarios ante inundaciones o catástrofes naturales, y eligiendo los mejores procedimientos para dar respuesta en caso de que ocurran.

Nuestro software GoAigua se convierte así en uno de los pilares de protección para la resiliencia de las compañías ante situaciones excepcionales. Permite, por ejemplo, una rápida aplicación de tarifas sociales, dispone de la tecnología para monitorizar y vigilar la calidad de agua de los depósitos en redes con servicio discontinuo, más propicias a arrastrar un biofilm que presente un futuro con riesgos o, más recientemente, con la llegada del coronavirus, ha sido puesto a prueba ofreciendo gran agilidad en la disposición de un sistema de alerta temprana de COVID-19 en los sistemas de saneamiento.

El agua es un recurso estratégico que debe ser gestionado de la forma más eficiente posible, y es en la actualidad uno de los elementos claves en la lucha contra la pandemia.

Hagámoslo, pues.