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La eficiencia energética, base de la gestión de los recursos hídricos

Sobre el blog

José Antonio Martínez
Water Specialist Consultant en Idrica.

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  • eficiencia energética, base gestión recursos hídricos

El uso de la energía y el agua son aspectos cruciales para garantizar la sostenibilidad medioambiental; una sostenibilidad que debe ser compatible con el desarrollo social y económico. 

Los cambios sociodemográficos muestran la necesidad de utilizar la energía y el agua de manera mucho más eficiente. El aumento de la población y del nivel de vida, unidos al cambio climático, —cuyos efectos ya están provocando episodios de mayor escasez del suministro de agua en las proximidades de los centros de población, principalmente en países en vías de desarrollo—, provocarán que el agua tenga que ser transportada a mayor distancia, bombeada desde mayor profundidad o sometida a tratamientos adicionales para su utilización. Sea como fuere, cualquiera de estos procesos se traduce en un mayor consumo de energía ergo de costes.  

En este sentido, se debe partir de la base de que la energía es clave para el propio funcionamiento de servicios de distribución de agua y saneamiento y, a su vez, un recurso que incide de manera notable en los costes de prestación de estos, sobre todo cuando se registran, como ocurre en muchas zonas, elevados precios de suministro. No obstante, supone entre el 5% y el 30% de los costes totales de operación, pudiendo llegar hasta un 40% en algunos casos. Es por esto que mejorar la gestión de los recursos energéticos es uno de los objetivos fundamentales de las organizaciones, que están en constante rediseño de las estrategias que permitan aumentar y mejorar su eficiencia, así como reducir sus costes.

La eficiencia energética de las gestoras del agua debe llevar aparejada la implementación de un Plan de Optimización Energética

Así, existen diferentes prismas desde los que abordar esta gestión de los insumos estratégicos, como la energía. Si bien hay empresas que optan por hacerlo de una forma estructurada y sistemática, también existen otras que lo hacen a partir de resultados aislados de asesorías, auditorías energéticas, o bien detección de mejoras desde dentro de la organización. No obstante, es preciso tener en cuenta que muchas iniciativas de eficiencia energética, que se implementan de forma aislada, no se perpetúan a lo largo del tiempo.

Por ello, es fundamental la implantación de un Plan de Optimización Energética, una hoja de ruta que reduzca el consumo de energía en las instalaciones y, a su vez, las emisiones de CO2, tratando de implantar iniciativas responsables con el medioambiente y la economía circular. Esto se traduce en procesos más eficientes, que reducen su huella de carbono, obteniendo las entidades, así, una mejor imagen corporativa, acorde con las iniciativas a nivel mundial, que abogan por sistemas de producción sostenibles y alineados con la lucha contra el cambio climático.

La implementación del Plan de Optimización Energética favorece la obtención de un conocimiento fiable de los equipos instalados, así como su consumo energético, identificando, evaluando y ordenando, en base a ello, las distintas opciones de acciones para mejora de la eficiencia energética a realizar, en función de su rentabilidad. Además, gracias a este plan es posible detectar los factores que afectan al consumo de energía, así como medir el punto de funcionamiento y rendimiento de cada equipo para determinar su eficiencia. En definitiva, la implementación de este plan garantiza la mejora continua.

Asimismo, la incorporación de la digitalización al proceso es clave, pues permite a los gestores conocer con gran exactitud, y de manera rápida y sencilla, dónde existen mayores potenciales de ahorro. Así, se pueden plantear acciones de mejora que supongan mayor reducción de consumo energético y, por tanto, una más rápida amortización de las inversiones.

En definitiva, la eficiencia energética de las gestoras del agua debe llevar aparejada la implementación de un Plan de Optimización Energética que ha de ser abordada por especialistas, conocedores en profundidad de este tipo de infraestructuras, ya que solo así se podrán adoptar medidas con un éxito prolongado que mejoren tanto la eficiencia energética como la operativa de los procesos.