No cabe duda de que la era digital ha llegado. Las tecnologías digitales están ya integradas en nuestra sociedad, transformando sectores como las comunicaciones, el transporte, el ocio, la educación, la industria y la sanidad. En este contexto, a nadie se le escapa que la digitalización del sector del agua es un hecho ineludible. En todo el mundo, los gobiernos están aprobando estrategias, planes y ayudas para incrementar la eficiencia hídrica y la resiliencia gracias a la transformación digital, que se ha convertido en la única forma de superar con éxito los retos actuales, resultado del cambio climático y el crecimiento poblacional.
Toda esta transformación supone una cantidad ingente de oportunidades de negocio en todo el mundo para las empresas que aportan soluciones tecnológicas a los retos planteados.
El mundo del agua se mueve hacia la transformación digital, pero como es lógico, no todas las empresas de servicios públicos se encuentran al mismo nivel o tienen las mismas necesidades en cuanto al enfoque digital y esto depende de varios factores: la cultura organizativa, la actitud y formación del personal, los fondos disponibles y financiación (y en este apartado, la financiación multilateral juega un papel esencial), el nivel de las comunicaciones, conectividad y pagos, las relaciones con los proveedores de tecnología, la gobernanza y estrategia, etc.
En Norteamérica y Europa Occidental, donde ya existen amplios sistemas de infraestructuras, los mercados de tecnologías digitales nacen para resolver los problemas asociados al envejecimiento de las infraestructuras y mejorar la eficiencia. Se implementan soluciones digitales como la inteligencia artificial, la gestión del macrodato y el gemelo digital para reducir el consumo de agua, mejorar la conservación y optimizar el suministro, o para garantizar la seguridad del agua con mecanismos de detección para prevenir crisis, primando en muchos casos los binomios agua y conservación de la naturaleza, y agua y energía.
El mundo del agua se mueve hacia la transformación digital, pero no todas las empresas de servicios públicos se encuentran al mismo nivel
Pero los países de ingreso medio y bajo de África y América Latina también están adoptando tecnologías digitales para mejorar la gestión y eficiencia del agua y saneamiento, satisfacer la creciente demanda en zonas urbanas densamente pobladas y de rápido crecimiento, y regiones con escasez de agua y para predecir las cada vez más habituales sequías e inundaciones. De momento, el big data y la inteligencia artificial no están tan extendidos, pero sí las herramientas predictivas, la tecnología para controlar presión y caudales y el monitoreo de los consumos. En Durban (Sudáfrica), por ejemplo, están utilizando tecnología digital para gestionar mejor sus recursos hídricos mediante modelos hidrológicos y dispositivos de control. En Kenia llevan más de diez años avanzando hacia la digitalización del agua con WARIS, un software de información y supervisión sobre la regulación del agua, o Jisomee Mita, una plataforma web que permite a los consumidores enviar consultas y recibir pagar sus facturas del agua; y asistentes móviles de lectura de contadores, para recopilar información. En El Salvador y con ayuda de AECID, la innovación y la digitalización se están implementando para avanzar en la implementación efectiva del derecho al Agua y al Saneamiento. Y en Cuba, también con ayuda de la cooperación española, se está iniciando la normativa sobre digitalización y el Desarrollo del Sistema de Gestión Integral del Agua (SBIA).
Por su parte, en regiones de Asia y Pacífico la automatización digital ya está muy extendida, A medida que los países amplían y mejoran los servicios de abastecimiento de agua en Asia y el Pacífico, se demandan tecnologías digitales. En Singapur se creó la iniciativa NEWater, una estrategia de reutilización del agua basada en nuevas tecnologías y plantas de tratamiento para satisfacer las necesidades de la población con agua reciclada y desalinizada. En New Clark City (Filipinas) han implementado contadores inteligentes para la conservación del agua, sistemas de control de datos para mejorar la gestión de las decisiones y análisis de datos espaciales para analizar la sobreexplotación de acuíferos. En India, con el proyecto West Bengal Drinking Water Sector Project se busca mejorar el acceso a agua potable mediante tecnología de internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), modelización de la salinidad del agua, sistemas de información geográfica y sensores para monitorización en tiempo real. En Corea el gemelo digital GARAM se ha implementado para monitoreo y simulación con el reto actual de mejorar la calidad de los datos, en Taiwán tienen como reto, el ahorro de agua mediante el monitoreo de consumos, desarrollar nuevas fuentes alternativas de agua y promover el reúso del agua en la industria. Por su parte, Indonesia implementa tecnologías para monitoreo y asistencia en caso de emergencias.
Para estos países de renta media y baja, los organismos multilaterales definen estrategias para la digitalización del sector del agua como Digital Water en el Banco Mundial o el Water Resilience Hub del Banco asiático.
En definitiva, estos son solo algunos ejemplos de cómo se está llevando a cabo la transformación digital del sector del agua en el mundo. Esta transformación es ya una realidad y ello significa oportunidades de cooperación para las empresas a todos los niveles.