El producto patentado demostró su eficacia en diferentes tipos de suelos, desde arenosos hasta arcillosos, y uno de los aspectos más destacados fue la resistencia a cambios de pH o acidez del suelo, temperaturas de 10 a 40 oC y presencia de sales en el suelo.
A diferencia de los hidrogeles sintéticos disponibles en el mercado, en el obtenido por la UNAL Sede Palmira la composición absorbente de agua no pierde su funcionalidad, lo que lo convierte en una solución confiable y versátil para su implementación en diversas condiciones agrícolas.
El Aloe vera o sábila es una planta suculenta, lo que significa que tiene la capacidad de almacenar agua en sus hojas, tallos o raíces, característica que le permite sobrevivir en condiciones de sequía. Es reconocida por sus beneficios para la salud y su gel es utilizado con mayor interés por la industria alimenticia y cosmética.
Preocupado por el desperdicio de recursos naturales, el ingeniero agroindustrial Eduardo Luligo Montealegre, de la UNAL Sede Palmira, empezó el estudio que originó el hidrogel. En 2016, además de ser estudiante, el investigador laboraba en una empresa que transformaba el gel para comercializarlo y luego botaba la cutícula de las hojas (cáscara o piel verde dura que lo recubre), desaprovechando este promisorio material.
Con la idea de agregarle valor a este residuo agroindustrial, y atendiendo la inquietud del estudiante Luligo, la profesora Liliana Serna Cock adelantó un proyecto de investigación para hallarle usos a la cutícula, entre ellos medir sus propiedades, y encontró su sorprendente capacidad de absorber y retener agua. El trabajo se desarrolló en el Semillero del grupo de investigación Bacterias ácido lácticas y sus aplicaciones biotecnológicasindustriales (GIBALABI) de la UNAL Sede Palmira.
En uno de los objetivos de la investigación que originó la invención participaron como semilleros Eduardo Luligo y Santiago Prado, quienes para entonces cursaban Química Agroindustrial, asignatura liderada por la profesora Serna.
Los investigadores retiran el gel para iniciar el proceso de fragmentación de la cutícula en laboratorio.
El trabajo se centró en la capacidad única de la cutícula de retener agua, “un aspecto poco explorado en la literatura científica hasta ese momento”, señala el ingeniero Luligo.
Después de cortar la cutícula en cuadritos, mediante un proceso de deshidratación y molienda en el laboratorio obtuvieron partículas con un tamaño entre 100 y 500 micras, que luego de evaluarlas minuciosamente revelaron una retención de agua más estable y eficiente frente a los hidrogeles sintéticos comerciales.
Los ensayos de campo se hicieron en un terreno del municipio de El Cerrito (Valle del Cauca), y la composición demostró ser segura y beneficiosa para el crecimiento de los cultivos.
“Observamos un desarrollo vegetativo vigoroso, con un crecimiento óptimo de raíces, altura y diámetro. Los hidrogeles comerciales pueden tener efectos adversos en las plantas cuando se aplican en dosis elevadas, ya que se elaboran con derivados del petróleo o químicos no biodegradables que con el tiempo dañan los suelos y el ambiente”, anota el creador del producto.
La patente obtenida destaca el compromiso continuo de la UNAL con la investigación y la creación de soluciones sostenibles para desafíos agrícolas y ambientales. Se espera que esta tecnología tenga un impacto duradero en la eficiencia de los recursos hídricos en la agricultura y en la reducción del uso de materiales no biodegradables en la industria.
