Nuestras aguas residuales generan gases y olores, es decir: Gases mercaptanos (el más común, el Sulfhídrico) y olores molestos.
Todos los gases mercaptanos generados por el trasiego, conducción, vertido, depuración y manejo en nuestras EBAR, EDAR, PTAR y pozos fecales, llegan a ser molestos y emiten contaminación atmosférica, además de ser desagradables para los técnicos de planta, conducciones y vecinos próximos, siendo principalmente nocivos para la salud.
Actualmente, existen varias soluciones técnicas, que ofrecen, en distinta medida, la eliminación de estos gases y olores:
- Desodorización vía húmeda mediante aditivos químicos
- Desodorización vía seca mediante carbón activo
- Destrucción térmica incinerando gases
- Desodorización vía seca mediante Ozono
Definiendo las más practicas, eficientes, sostenibles y ahorro económico en su explotación, habría que desechar automáticamente las técnicas peores posicionadas, que son: la vía química y la térmica.
Las más utilizadas son: vía carbón activo y la ozonización.
La desodorización vía carbón activo, muy utilizada, pero costosa y a medio plazo ineficaz en su rendimiento, propone filtrar el aire con carbón, unas veces regenerable y otras desechable, con lo que le convierte en costosa solución para la explotación y poco eficaz en la desodorización.
Hoy en día la solución técnica más efectiva, menos costosa en su explotación (solo electricidad) y sin químicos, es la tecnología de la «ozonización», ya que el uso del ozono es ecológico y respetuoso con el medio ambiente, elimina los gases mercaptanos y los malos olores, además de no emitir contaminación atmosférica con residuos químicos tóxicos.
En resumen, los gases mercaptanos y los malos olores se deberían eliminar con técnicas eficientes, ecológicas, respetuosas y además que ahorren económicamente coste de explotación, la mejor posicionada y que reúne todas estas condiciones es el Ozono.